Los excesos del verano se pagan en kilos

Genéticamente estamos predispuestos a comer y beber todo cuanto se presente ante nosotros a la hora de compartir mesa y mantel, lo que nos lleva a comer “ mucho y mal”, y lo que es peor, a tener como resultado la incorrecta o nula asimilación de ciertos nutrientes.
A fin de controlar excesos y de responsabilizarnos de los mismos, es bueno saber la respuesta a las siguientes cuestiones.

¿Qué intoxica nuestro medio interno? En primer lugar , y sin duda, lo que conocemos como tóxicos habituales en nuestro medio alcohol, tabaco,...; en segundo lugar una alimentación rica en grasas saturadas de origen animal, proteínas animales y azúcares refinados, sal y café, y en tercer lugar nuestras propias emociones.

¿Cuáles son los órganos de eliminación de esos tóxicos? Los pulmones, la piel, el hígado, los riñones y los intestinos, que actúan entre las 5h y las 10h de la mañana.

¿Qué síntomas pueden delatar nuestros excesos?

• Físicos: vista nublada, ojos rojos, boca seca y pastosa, nariz taponada, lengua con capa blanca o amarillenta párpados hinchados, mal aliento, dolor de cabeza y/o estómago, picores en piel y cuero cabelludo, pesadez y debilidad en los músculos y articulaciones.
• Mentales: indecisión, mente confusa, respuestas lentas o memoria defectuosa.
• Emocionales: mal humor, ansiedad, depresión y falta de ánimo.

¿Qué puedes hacer?
Eliminar de la dieta café, chocolate, azúcares, bebidas alcohólicas...
Desayunar una infusión , caldo vegetal o zumo de frutas con limón.
Realizar dos comidas al día.
Ejercicio físico, quema y elimina los tóxicos incluso acumulados.

Recomendación: a fin de asegurarte un estado saludable, es posible seguir estas indicaciones una vez a la semana durante todo el año. Tu cuerpo te lo agradecerá.