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Un encuentro entre la naturaleza y tu cuerpo guiado por María José M. Santé, dra. en Biología y profesora del Máster en Medicina Natural de la USC.
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Mª José M. Santé

La fruta del granado

Granado significa “llena de granos”, en referencia a sus semillas, y también se vincula a la ciudad de Granada, ya que desde esta fue introducida por los árabes en Europa.

LA GRANADA es una fruta exquisita de septiembre rica en taninos, sales minerales, ácido málico, ácido cítrico y vitamina C, dotada de propiedades antidiarreicas, febrífuga, nutritiva y vitamínica.

Lo que sabíamos:
Su elevado contenido en agua y potasio la hace diurética y depurativa, que unido a su concentración en ácido cítrico, hace que se favorezca la eliminación de ácido úrico y sales por al orina, por lo que su consumo es adecuado en casos de gota, exceso de ácido úrico, hipertensión y obesidad.
A su vez, el contenido combinado de ácido cítrico y ácido málico le aportan propiedades antisépticas y antiinflamatorias.

Según la información recogida en el libro Anticáncer de David Servan-Shreiber:
“El zumo de granada lleva usándose miles de años en la medicina persa, tanto por sus propiedades antioxidantes, como por su potencial para reducir el cáncer de próstata, entre otros, e incluso en sus variantes más agresivas, tal y como lo indica el dato obtenido en humanos de que, un zumo de granada frena en un 67% la extensión de un cáncer de próstata asentado. Por lo que se recomienda un vaso de 225 ml de zumo de granada/ día en el desayuno”.

Las últimas investigaciones realizadas:
Según un estudio de varias universidades de India y de Corea del Sur, la granada es una fruta indicada en casos de asma por tener una actividad antihistamínica y en la menopausia por reducir los efectos de sudoración y sofocos.

Te propongo un cóctel de salud para este verano tardío, mezcla zumo de granada
con zumo de limón.

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